Portada: Ana Morales, foto de Benjamin Mengelle

16 de septiembre 2021

Los conciertos de Pere Martínez y Akeré, la exposición bailada de José Maldonado y el estreno en Cataluña de la última pieza de Ana Morales marcan la agenda del segundo fin de semana de L’Herència. Morales ofrece además un taller de creación y una improvisación junto a Aina Lanas y la cantaora Cristina López.

El zarandeo emocional y la soledad que para Ana Morales supuso la pandemia quedaron reflejados de forma clara en su última creación En la cuerda floja, no hay cante en toda la composición musical y ella interpreta en solitario toda la coreografía. Porque esta bailaora y coreógrafa nacida en Cataluña (Vilafranca del Penedés, 1982) instalada desde hace 21 años en Sevilla baila las emociones, sus estados de ánimo. Aquel era el sentimiento que le recorría durante el proceso de creación de la obra, estrenada en la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla, hace justo un año. 

“La creación fue muy dura y tediosa. A priori se fraguó con un motivo pero luego la situación se fue complicando y esa realidad de incertidumbre y complejidad se reflejó. Para mí era estar realmente en la cuerda floja”, me cuenta por teléfono. Así que de alguna manera esta obra viene a documentar cómo se sintieron ella y, por extensión, muchos otros artistas que vivieron con suma angustia las complejidades provocadas por la pandemia. Aunque afirme que “estar en la cuerda floja es bastante usual para los creadores”, la magnitud del seísmo pandémico descoyuntó el frágil equilibrio del ecosistema escénico. 

Aunque sola en el baile, Morales sí contó con buena compañía durante el proceso. El bailarín, coreógrafo y director de Deltebre Dansa, Roberto Oliván, estuvo con ella dando forma al espectáculo. “El aportó otra mirada, me ubicó en la escena, planteó a esa mujer sola ante la música, ante la iluminación, ante el público,… una mujer que sustenta toda esa maraña. Me dio mucha confianza tenerlo cerca. Su trabajo es muy limpio, perfilado y era lo que yo buscaba. Me gusta tener una mirada distinta a la mía a la hora de crear, para abrir, aprender”. En escena marca el ritmo un trío con José Quevedo “Bolita” a la guitarra, Paquito González en la percusión y Pablo Martín al contrabajo.

Morales estudió Danza Española y Flamenco en Barcelona para después instalarse en Sevilla. Durante la primera etapa de su carrera profesional bailó en el Ballet Flamenco Andaluz, en la compañía de Javier Latorre y en otras formaciones de repertorio flamenco. Tras conocer en profundidad la raíz y la ortodoxia siguió sus propios impulsos, se acercó a la danza contemporánea y con ella ha seguido creciendo como bailarina y creadora con compañía propia. Desde 2010 ha firmado siete espectáculos. Sin permiso (Canciones para el silencio) suena también a declaración de intenciones. Para esta creación de 2018 que obtuvo en la Bienal de Sevilla el Premio Giraldillo al Baile y tres Premios Lorca (los Max de Andalucía), contó con la colaboración de Guillermo Weikert. El creador, actor y bailarín, habitual en los montajes de Sol Picó, Baró d’Evel o María Cabeza de Vaca, la acompañó durante un proceso de creación que viajó del Sadler’s Wells de Londres al Festival de Jerez y de allí a la Tanzhaus de Dusseldorf. Flamenco con vértices en algunos de los puntos calientes que en Europa tiene este lenguaje universal.

Sin fronteras

Ana Morales hizo el camino inverso al de muchos artistas que viniendo del flamenco se han instalado en Cataluña buscando más libertad en las etiquetas. Ella decidió instalarse en Andalucía “porque en Cataluña es más difícil trabajar desde el flamenco. Si hay algo que me ha venido bien es conocerlo desde su parte mas ortodoxa para después desarrollarlo desde mi cuerpo, mis aptitudes y mi manera de entender. En Barcelona ese desarrollo era complicado, allí hay más interés en lo contemporáneo pero no hay solvencia en el sector y las cosas se quedan a medias porque les falta desarrollo. Puede que ahora esto no haga falta tanto y se valore más la creatividad, pero cuando yo estaba allí las cosas eran así”, afirma.

La presentación en el Teatre Joventut de L’Hospitalet es la primera de En la cuerda floja en Cataluña (día 19). El teatro municipal ha programado una pieza incorporada de manera natural a L’Herència. El ciclo organizado por Flamenco Projects ha expandido la visita de Morales ofreciendo un taller de dos jornadas (días 16 y 17 en el CC La Bòbila) y una improvisación entre ella, la bailarina Aina Lanas y la cantaora Cristina López (Partir la pana, Can Trinxet, día 18).

En un futuro muy próximo Morales empieza la producción de la que será su nueva creación, Peculiar. Para ella cuenta con el apoyo del teatro La Villete de París, que acogerá el estreno en junio de 2022. “Tenía claro que esta vez no quería estar sola en el escenario, así que lo compartiré con otros artistas, personas singulares que se acercan al flamenco alejados del estereotipo. Habrá un arpa, música digital o cante, todo desde un lugar especial”, concluye.

 

Foto de Oscar Romero

Un homenaje pintado y bailado

El tiempo escasea para artistas como José Maldonado (Barcelona 1985), implicado en proyectos ajenos y propios desde que inició su carrera como bailaor tras graduarse en danza española y flamenco en el Conservatorio Profesional. Manuel Liñán, Antonio Canales, Rocío Molina, María Pagés y Marco Flores son algunos de los artistas con los que ha trabajado como intérprete. Conoce también los tablaos y ha coreografiado a compañías como la de Rojas y Rodríguez, todo ello antes de arrancar con su proyecto más personal, la compañía propia con la que crea y dirige sus propias obras.

Desde 2013 ha estrenado seis espectáculos para los que ha contado con artistas como Karen Lugo, Niño de los Reyes o La Piñona. En Galería, la obra que presenta el día 18 en Can Trinxet, vuelve la vista a otra de sus pasiones, la pintura. Ya la llevó a escena en 2018 con Bodegón, obra en la que unía la danza y las artes plásticas para la que contó como artistas invitados con Antonio Canales y Carmen J. Angulo. En ella se enfrentaba al lienzo en blanco como parte de una trama que explicaba el proceso creativo de un pintor y culminaba con un cuadro enorme de una figura humana en escena. 

El tiempo reapareció para él, como para todos, en  marzo 2020. Se dedicó entonces a entrenar su cuerpo en casa y a pintar durante horas. Fruto del confinamiento son algunos de los enormes lienzos que exhibe en Galería, una exposición bailada a partir de aquel trabajo creado en una situación tan especial. Estrenado el pasado mes de mayo en el Festival de Jerez, el espectáculo es un homenaje a cuatro artistas que para Maldonado han sido inspiradores: Manuel de Falla, Salvador Dalí, Carmen Amaya y Federico García Lorca. “Estuve pintando estos murales de gran formato sin pretensión de nada, solo por disfrutar de ese tiempo con la pintura, pero cuando ya tenia cuatro encontré una relación entre ellos, todos eran de artistas que habían marcado mi manera de entender el arte. De ahí surgió la idea de hacer una exposición, pero no al uso sino bailada”, me cuenta. 

Foto de Laura Abad

Ante los grandes retratos baila lo que para él es la esencia de cada figura, “no me centro en su carácter o en su biografía, sino en lo que los hace únicos”. La música de la pieza es también original. Para cada coreografía ha trabajado con un cantaor o músico distinto. En la de Lorca ha contado con la cantaora Sandra Carrasco; con Carlos Cuenca para la de Dalí; para Falla con José Almarcha y Víctor Guadiana; y con las castañuelas de Belén Cabanes y la percusión de Pablo Gomez para la de Amaya. Aires de rumba, bulerías o fandangos planean por la exposición bailada. 

Galería cuenta con una proyección introductoria antes de que el baile arranque entre los lienzos. “Quien venga verá cuatro versiones de mi cuerpo, cuatro formas de moverse distintas”, añade. 

Maldonado, que ha pasado 15 años de su carrera en Madrid, regresó a Barcelona en 2020. Ha visto como algunos de los proyectos de envergadura que tenía se suspendían por la situación sanitaria, pero tras crear Galería, reconoce que se siente feliz de estar de vuelta en su ciudad natal. “Tengo la sensación de estar donde tengo que estar. Hay compañeros con los que me apetece trabajar, estoy descubriendo un circuito que no conocía, quiero abrirme a otros horizontes y siento que estoy en el lugar adecuado” concluye.

www.lherencia.com

www.anamoralesflamenco.com

www.josemaldonado.es

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