Fotos de Laura Abad, vídeos de Carlos Collazos

14 de septiembre 2021

Los edificios del pasado lejano son ahora formas acogedoras para la danza. El patrimonio arquitectónico suele pasar varias etapas, el abandono y el olvido preceden a su recuperación y puesta en valor. Con el tiempo, además, puede convertirse en capital social y cultural de múltiples usos para su entorno. L’Herència promueve en L’Hospitalet una nueva mirada sobre algunos de sus edificios más emblemáticos a través del flamenco. Una decena de propuestas escénicas y musicales de kilómetro 0 ocupan espacios singulares de la ciudad entre el 11 y el 19 de septiembre.

Me cuenta Josep María Solias, jefe de sección de Patrimonio Cultural y director del Museo de L’Hospitalet de Llobregat, que la ciudad cuenta con dos tipos de elementos patrimoniales: aquellos que forman parte de su pasado agrícola, de estilo renacentista o barroco, menos abundantes, y los rescatados de un pasado industrial muy rico. Entre estos últimos está el que fuera el complejo fabril Tecla Sala. Toma el nombre de la empresaria de Roda de Ter que lo compró en 1913 después de haber sido molino papelero y fábrica textil desde 1855. Su imponente fachada, la enorme chimenea o las naves de ladrillo vista dan una magnitud colosal al que es desde 1983 un centro cultural polivalente. Alberga la biblioteca central municipal, un centro de arte de primer nivel, sedes de asociaciones culturales y salas para diferentes usos. La empresaria, pionera por haber asumido el mando de un considerable entramado industrial, cultivó una parte social poco común en la época, preocupándose por abrir guarderías para los hijos de las trabajadoras o construyendo un centro educativo. 

Al abrigo del impresionante perfil fabril de Tecla Sala actuó el sábado Karen Lugo, quien estuvo acompañada por Chicuelo en algunos momentos de Golpe de tierra. Curioso contraste el del trabajo de la bailaora, cuya puesta en escena es de una efectiva sencillez, con las paredes de ladrillo rojizo de la antigua fábrica. 

Karen Lugo frente al público

No muy lejos de esta se encuentra Can Trinxet, fábrica que pasó por diferentes manos y etapas, rescatada hace poco de la ruina y activa para usos culturales desde entonces. Dedicada también a tejidos como sábanas o pana, se empezó a construir en 1906 y supuso la culminación del “barroquismo hospitalense” según el experto Juan Domínguez. En los años 20 del siglo pasado era el complejo textil más grande de la ciudad; en los años 30 tenía 1.100 trabajadores. Sus amplias naves de mampostería de sillares cubiertas de teja árabe son ideales para plantear montajes de diferentes dimensiones. José Maldonado usará parte de su espacio el día 18 para conducirnos por su exposición bailada Galería.

Es pasado y es presente

L’Herència comenzó el pasado sábado 11 en Torre Barrina con una creación site specific de La Venidera. La que fuera primero masía (siglo XV), palacete estival después (siglo XIX) y edificio municipal desde finales del XX, fue escenario total para los bailarines. Albert Hernández, Irene Tena (los creadores del colectivo), Axel Galán y Andrea Antó aprovecharon las arcadas en la coreografía inicial, marcando el ritmo y el carácter del resto de las escenas creadas con diferentes coreografías breves. Alternando solos, dúos y cuartetos, ofrecieron su amplio registro interpretativo, riquísimo, lleno de sutilezas, de detalles y de energía. Nota: la música de Rodrigo Cuevas casa a la perfección con todo tipo de coreografías, pero con las de raíz folclórica hace un maridaje absoluto, claro.

El domingo 12 la fachada del colegio Sant Josep Obrer fue el telón de fondo para dos de las apuestas de L’Herència. El Preludio de Carmen Muñoz y los 12 bailaoras y bailaores de la Asociación Cultural Marismas del Guadalquivir sirvió para materializar la curiosidad, las ganas de conocerse y la química entre mundos normalmente incomunicados, el del tejido asociativo entregado a los registros flamencos tradicionales, y el de la creación actual, abierto a mezclas y nuevas miradas sobre los patrones clásicos. Muñoz encontró la fórmula para convertir algo de partida inusual en una prueba evidente de que todo es posible, nombrando la pieza como aquello que está por venir.

Saïd Ramos, Yoel Vargas y Max Villavecchia unieron sus estilos en un triángulo «indisciplinado» e improvisado. Español, flamenco, piano y otros acentos en una creación libérrima y efímera de contundente y talentosa ejecución a la sombra (literal) de la que fuera casa pairal construida por la familia Casas para su hija pequeña a finales del siglo XVIII. De estilo neoclásico, su fachada cuenta con cuatro columnas rematadas por capiteles jónicos y un jardín con estanque. Nada queda de las viñas que durante siglos la rodearon. 

Saïd Ramos y Yoel Vargas en acción

La de Can Colom es otra antigua masía que sirvió la tarde del domingo para que Yoel Vargas estrenara la primera parte de su Periplo, una torrencial muestra de lo que es capaz de hacer en el escenario (que es todo). Estuvo acompañado de Miguel de la Tolea y se vio entre ambos una bonita complicidad. Estreno en Cataluña fue Punto ciego de Elisabet Romagosa, pieza de ritmo marcado y precisa ejecución que se hizo demasiado breve. Merecidísimo el primer premio del Certamen Coreográfico de Tetuán conseguido el pasado mes de mayo. Las paredes blancas del edificio contrastaban con los negros nubarrones que acompañaron la sesión, la última hasta el próximo fin de semana. Para esos días Flamenco Projects ha preparado un concierto de Pere Martínez en L’Harmonia. Este es uno de los edificios más antiguos de la ciudad, su origen hay que buscarlo en el siglo X. También es uno de los más emblemáticos por su hermosa fachada decorada con arcos y acoge una de las sedes del Museo de Historia de la localidad. Fue durante décadas el casino de la Sociedad Musical que dio nombre al edificio en el siglo XIX, hogar para músicos, actores y danzantes. Pasó después de la Guerra Civil a manos de la Falange y desde finales de los 70 es propiedad municipal.

El día 18 el ciclo se traslada a Can Trinxet con José Maldonado, Aina Lanas, Ana Morales y Cristina López (todos los detalles en el artículo del próximo jueves 16). El punto final será a lo grande el domingo 19. Por la mañana, en el exterior de la ermita de Bellvitge Akeré presenta en concierto su primer disco. La formación barcelonesa de flamenco jazz y aires latinos ofrecerá todos los temas de su disco homónimo. Por la tarde Ana Morales estrena en Cataluña En la cuerda floja en el teatre Joventut.

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