8 de febrero 2023
Fotos de Idunn Producciones
Lo que a punto estuvo de vivir como asfixia se ha convertido en una liberación. Edu (Quintana) Migro se desprende de segundas pieles y capas de disfraz para enseñar su esencia de bailarín y creador. Carme Teatre acoge este próximo fin de semana el estreno de ‘Nardo’, pieza tramada durante una residencia de creación en la sala.
En una performance a la que fue invitado a participar en La Gatera de Valencia se iba quitando las incontables piezas de ropa con las que cubría su cuerpo envuelto en papel film. Antes de ocupar el espacio donde se desarrollaba la acción, la opresión de los elementos lo situaron en un brete. Pero una vez se puso en movimiento y ejecutó su idea, la liberación que sintió fue tal que la sensación sedimentó y con el tiempo se ha convertido en la pieza que ahora estrena. ‘Nardo’ es Edu Migro ‘al desnudo’, no porqué literalmente lo veamos así (aunque también) sino porque en ella hay parte de él, de sus necesidades, inquietudes y marcos creativos.
Al frente de Migro Danza desde que se instalara en Valencia en 2016, Quintana (Colombia, 1990), se ha convertido en habitual de la escena local. En el trayecto, y con cinco obras presentadas con el colectivo variable que lidera, reconoce que ha tenido que vivir como algunas de sus creaciones han visto la luz para «ser enterradas» al poco tiempo y que esta vivencia ha servido de motor para la que ahora estrena. Le pasó con ‘Aquí gritarán los mudos’, un dúo sobre las migraciones forzosas que no encontró encaje en el circuito; o con ‘Gilipolleces’, cuarteto de 2021 que no sobrepasó la decena de representaciones. Pese a ello, su faceta creativa ha seguido, siempre en paralelo a la de profesor en diferentes centros de la ciudad y a los estudios del Master en Gestión Cultural de la Universidad de Valencia.
A fuego lento
Con una taza de agua caliente con jengibre en la mano para combatir el frío y el resfriado, Edu Migro me va explicando detalles de estos últimos efervescentes meses. Cómo de aquel rechazo y la reflexión que generó surgieron dos necesidades: la de abordar un solo, -hasta la fecha siempre había estado acompañado en escena-, y la de procesar con energías renovadas la sensación agridulce de su última incursión colectiva. ‘Nardo’ comenzó a tomar forma en septiembre de 2022 y consiguió una de las doce Residencias de Creación que Carme Teatre concede anualmente a proyectos de todas las disciplinas escénicas. La estancia intermitente pero prolongada en el tiempo en Espai LaGranja ha sido también un apoyo fundamental para el proyecto.
La configuración del equipo que le ha acompañado estos meses es fruto de sus relaciones profesionales en muestras, festivales y salas, pero también de una serie de bonitas casualidades que han cuajado en un ‘dream team’. A Javier Sahuquillo y Ana Luján les escribió sin conocer todavía si tendría apoyos, pero estos les dieron el ‘si’ antes de saber ese dato. Como dramaturgo, el primero ha creado una línea temporal del personaje y una historia, un rol de actor al que Edu Migro no estaba acostumbrado pero que le ha confrontado a nuevas preguntas y retos con la narrativa dramática. «Gracias a este proceso he perdido miedos, he desafiado mis límites, me he dicho a mí mismo ‘desmelénate y juega con la situación'», afirma. La bailarina y coreógrafa Ana Luján le ha acompañado en la dirección de movimiento, una mirada externa experta que ha redondeado el trabajo coreográfico.
«Con el esqueleto de la pieza ya montado, imaginé un posible final en forma de poema. No conocía a Elsa Moreno personalmente, solo a través de algún video, pero fue su nombre el que me vino a la cabeza para esa conclusión poética. Sucedió entonces que ella me escribió esos días para invitarme a una performance, de manera que fue muy bonito, comprendí que todo el trayecto con Migro se ha basado en el azar, en el día a día, en conectar con quien tocaba en el momento adecuado», me confiesa entusiasmado. «Ella le da un tinte cálido y a la vez dramático a la obra, es fantástico», añade. La dirección musical de Manel Ferrándiz, la iluminación de Carles Sanchis, la escenografía de Nataly Prada y Mery Miras Sánchez arropan la propuesta.
La palabra ‘nardo’ nombra al personaje construido para la obra, pero alude también a ciertos objetos y funciona como metáfora de algo que ‘transita lo clandestino, el erotismo, los estados alterados por los psicotrópicos y la búsqueda de un placer doliente’. «Con ello vuelvo a la intimidad del solo, a la responsabilidad con el cuerpo y con mis ideas», concluye Edu Migro.
NARDO
9, 10, 11 y 12 de febrero / Sala Carme Teatre, entradas aquí