Publicada en el diario Levante_EMV el 15 de diciembre 2022
Foto de Sofia Wittert
Alma Dirección, coreografía y guion, Sara Baras, Música Keko Baldomero, Iluminación Antonio Serrano, Chiqui Ruiz Vestuario Luis F. Santos, Baile Sara Baras, Chula García, Charo Pedraja, Daniel Saltares, Cristina Aldón, Noelia Vilches, Marta De Troya. Sala Principal, Les Arts Valencia, 13 de diciembre.
La bailaora gaditana, quien representa una rama del flamenco más comercial y exportable del país, ofrece en su última creación grandes dosis de espectáculo con la fusión de los ritmos flamencos y los boleros como eje. Marca la diferencia con respecto a otras propuestas desde el primer momento, cuando enlaza a través de una voz en off las letras de conocidos temas de amor para, acto seguido, comenzar con una escena que la sitúa a ella en el centro y a toda máquina. Un arranque de infarto que deja clara su capacidad para hacer vibrar al patio de butacas.
Metidos en harina Sara Baras es imbatible. Se acompaña de siete músicos, cinco bailaoras y un bailaor, todos de primer nivel, para tramar una obra de alto voltaje llena de efectos (algunos excesivos, como las proyecciones sobre los trajes o en la cortina). El vestuario está a la altura del brillo que desprende el conjunto. Utiliza recursos del flamenco más reconocible: suelo microfonado para que el impacto de los zapateados (vertiginosos los de Baras) haga subir la emoción del respetable; alternancia de escenas más íntimas con otras corales; poses y remates vigorosos para arrancar los aplausos que caldean el ambiente. Las primeras escenas resultan asépticas, hay mucha precisión y limpieza en los movimientos, pero no transmiten el ‘alma’ que reivindica’ el nombre de la obra. Pero está todo calculado al milímetro para ir llevando al espectador por las emociones que la directora quiere transmitir: añoranza, amor, euforia. Este flamenco es agradecido porque hay técnica, esfuerzo y arte en sus formas, aunque su transcurrir y conclusión sean tan claros que no dejen lugar a la incógnita o la sorpresa.
La interpretación con ritmos flamencos (seguiriyas, garrotín, bulería, caña o rumba) de melodías como Nostalgia, Te extraño, Vete de mí o Toda una vida es la llave que abre los recuerdos y los corazones del público. Temas instrumentales, a veces acompañados por las voces de Rubio de Pruna y Matías López ‘El Mati’, que ofrecen un sonido perfecto. A esta capa sonora de emotividad se añade el baile efectivo y bien ejecutado del elenco en cuadros compartidos entre artistas. Sara Baras es la estrella, cuando ella sale a escena sube la temperatura, ofrece sus giros interminables, su baile más sincero, visceral o extrovertido en función de la música. Impresionante es el solo que se marca junto a Diego Villegas al saxo. Con guiños a Valencia y traca flamenca final en los bises se despidieron de una platea en pie.