Fotos de Provi Morillas

Crítica publicado en el diario Levante-EMV el 1/8

Helena Alemany, Mermelada; Marea Danza, Roda; Paula Serrano, Si me buscas me encuentras; Federica Fasano, Comala; Maduixa, Migrare. V ciclo Fem(me) Dansa, Plaza de la Concordia, Auditorio Triángulo Umbral. Puerto de Sagunto, 30 y 31 de julio.

En femenino y plural se ha conjugado la quinta edición del ciclo de danza de Sagunt, una apuesta singular por llevar a todos los públicos la diversidad de la creación dancística actual hecha por mujeres. Cita anual que se inició con una propuesta concreta de la bailarina y creadora Ana Lola Cosín al consistorio, -unir danza, acento feminista y proximidad-, y que en estos años ha ido sumando apoyos dentro del municipio. La presencia del alcalde, Darío Moreno, en dos de las jornadas así lo confirma. La selección y gratuidad de los espectáculos, su ubicación en un punto muy transitado como es la plaza de la Concordia del paseo marítimo, el formato medio, hacen que muchas personas se conviertan en público ocasional de danza. Una forma de ofrecerse que, aunque no genere público a medio o largo plazo, si permite acercarla a la gente en el momento presente.

Helena Alemany es una jovencísima bailarina saguntina que se ha formado en diversas academias y centros de Valencia y Países Bajos. En Mermelada hace un homenaje a las mujeres que le han influido en su vida a través de una coreografía directa, sencilla en su composición, ejecutada con soltura pese a bailar en suelo de calle. Con un aire fresco, casi cándido, plantea su danza orgánica con un toque performativo final que provoca sonrisas.

Del individuo, al grupo. En Roda, cinco mujeres ofrecen un ritual colectivo de celebración a través de una coreografía firmada por Sara Cano. El círculo, como espacio de unión y colaboración, es el protagonista, el lugar en el que se desarrolla una danza festiva, inspirada en el folclore autóctono, en la que se van insertando pinceladas de lenguaje contemporáneo. Brazos elevados, saltos, giros, fusiones en ruedas de bailarinas de actitud extrovertida. Es una pieza que en apenas 25 minutos eleva el tono vital y sentimental. A ello ayuda la composición musical original de Andrés Belmonte, la reconocible voz de Pep Gimeno “Botifarra” o el toque de Carles Dénia.

En la segunda jornada el programa contó con la ramificación reciente del trabajo de Paula Serrano, una investigación sobre la falta de visión que le ha llevado, literalmente, a taparse los ojos para ver como la falta de un sentido activa el resto a la hora de afrontar el movimiento. La propia coreógrafa y bailarina se lanza al tapiz de danza junto a Isabel Álvarez para, de forma intuitiva, buscarse y encontrarse, conectarse mediante el tacto, bailar separadas o juntas, en un ejercicio coreográfico atrevido que consigue inquietar. El contraste de las músicas, el vestuario en tonos eléctricos, la combinación del dibujo en el espacio de cada una en el dúo hace de la pieza una propuesta original, que mantiene en vilo al público. Comala de Federica Fosano es un trabajo pulcro en el que se echa de menos intensidad interpretativa o más rotundidad coreográfica.

El último espectáculo del cartel fue Migrare, de la compañía Maduixa, una apuesta segura para todos los públicos. Estrenada la pasada primavera, amplía el trabajo con zancos que tantos éxitos está dando a esta formación. Centrada temáticamente en los abusos y la violencia que sufren las mujeres migrantes, se diferencia poco de la anterior Mulier en su composición escénica (coreografía, dramaturgia, música, vestuario). Se percibe como una continuación estilística de la anterior, una manera de consolidar un sello creativo reconocible. Los zancos, de la misma forma que elevan los cuerpos limitan los movimientos, estrechando la paleta coreográfica, que se refuerza con la interpretación dramática de las intérpretes. La propuesta es clara y consigue su objetivo de sorprender, contar una historia, conmover.

Ciclos como este ayudan a descentralizar la cultura y a visibilizar el talento local.