Collage de portada
24 se septiembre 2021
La calle es la mayor sala de exposiciones posible. También la más democrática. Cansada del ensimismamiento del entorno museístico como restauradora de obras de arte, Marjorie Nastro, aka La Tijera y el Papel, dio un giro radical en su trayectoria profesional para dedicarse al collage y al arte urbano creando murales de grandes dimensiones. Sus titanes flamencos van copando paredes.
Su esmerada paciencia con la perspectiva, su experiencia con la forma y la harmonía (estudió en la Escuela Superior de Arte de Aviñón) le ayudan a la hora de abordar este proyecto nacido casi azarosamente durante la pandemia. Titanes es el nombre que recibe la última de sus prolongaciones, una serie de doce collages de grandes dimensiones (3×2 metros) que desde agosto y hasta finales de octubre está creando y pegando en diferentes localizaciones, principalmente en Marsella, ciudad donde reside. Cada uno de ellos es una aproximación a un creador o creadora flamenco que le inspira. De Rocío Molina a Belén López pasando por Manuel Liñán o El Carpeta, a sus figuras suma símbolos que los representan o elementos arquitectónicos propios de las ciudades en las que han crecido como artistas.
A Nastro le gusta observar cómo la gente mira, se para o se acerca a sus collages, con algunas de esas personas interactúa, pregunta, se interesa por conocer sus impresiones. Para ella, el cambio de ámbito ha sido también titánico. Ha pasado de trabajar en espacios cerrados, en museos o iglesias, a hacer arte de guerrilla junto al mar o en hermosos rincones urbanos. Hablamos un martes de septiembre aprovechando su visita a Barcelona para la colocación de un nuevo collage dedicado a Juan Carlos Lérida. Contrasta su figura menuda y su delicado trato con la determinación y la fuerza de su proyecto, con lo que transmite y con la militancia que anida en todo ello. Un bonito deje del sur acentúa el español aprendido durante alguna estancia en Sevilla y las clases tomadas en Marsella.
Collage de Rocío Molina en Marsella, foto de Guillaume Arnoux
Enamorada del flamenco desde que empezó a aprenderlo y bailarlo hace 15 años, de él dice que le salvó la vida. “Pese a que puede ser un mundo machista y muy conservador, valores opuestos a los míos, tiene algo especial, muy del interior, que me hace reconocerme en él». Aunque no renuncia a los universos tradicionales, le gustan los artistas más abiertos. De ahí que entre sus titanes encontremos a algunas de las figuras clave de la renovación estética flamenca actual.
Entre las diferentes series que ha creado hasta ahora (Titanes es una entre varias) podemos encontrar cantaores, guitarristas y bailaores mezclados con figuras clásicas, elementos pop, edificios icónicos y otros referentes de la historia y de la cultura popular. “El collage mezcla la realidad con la ficción, mezcla las fuentes de información, busca provocar el encuentro improbable; refleja un deseo de dar cuenta del caos de la vida cotidiana sin neutralizar su potencial; ofrece nuevas configuraciones visuales y mentales”, explica, para añadir “El collage es una forma de expresionismo contemporáneo en la exaltación de lo emocional, un viaje interior, una forma de transformar la experiencia interior en una imagen”.
Trampantojo
Los collages al uso se caracterizan por sumar capas de papel de figuras provenientes de diferentes fuentes. Para Nastro, la materialidad de revistas, libros o fotografías es tan sagrada que hasta que no cayó en la cuenta de que los suyos podían ser completamente digitales no comenzó su proyecto. Así, su lienzo en blanco es un cuadro digital al que va añadiendo las imágenes que previamente trata con software especializado. En la serie Titanes todos tiene una imagen central del protagonista, foto que consigue pidiendo al mismo artista tras la búsqueda de datos y referencias en una investigación casi detectivesca.
El primero de todos ellos fue El Carpeta, miembro de una saga de artistas y hermano pequeño de Farruquito. Después llegó Rocío Molina; ambos están colocados cerca del mar. Del collage de la malagueña pronto desapareció la mitad, fruto de un intento de ser despegado, “por eso ahora pongo mucha más cola”, sonríe.
La artista, junto al collage dedicado a Juan Carlos Lérida en Poble Sec
“El collage tiene varias capas y lecturas, cada una puede contar una historia” me explica. “Hay 12 titanes en la mitología, por eso en este proyecto hay 12 collages. Al crearlos siento que estoy invocando algo, tengo además la sensación de que cuando los pego hay como un nacimiento, algo que me pertenecía deja de ser mío. Después de colocar los dos primeros me sentí incluso mal”, confiesa. Desde que comenzó este proyecto pasea mucho más buscando rincones y ubicaciones para sus murales, algo que le está haciendo reconciliarse con Marsella, ciudad de la que estaba algo cansada y que ahora le resulta inspiradora. Aunque se reconoce en la forma de hacer del arte urbano de su entorno también afirma que las suyas quieren ser obras “menos duras, con más gracia y detalles”.
Marjorie Nastro siente que toda esta nueva etapa de su carrera profesional, también artística, está yendo muy rápida. En la primavera de 2020, en pleno confinamiento, comenzó a idear y crear sus series de collages como vía de escape, casi de forma terapéutica. Ahora, poco más de un año después, gracias al eco cada vez mayor de sus acciones, siente que el proyecto está creciendo y con ello sus ideas respecto a cuál puede llegar a ser el futuro de sus obras. “Imagino una ruta creada con los collages que la gente va siguiendo; veo a los Titanes viajando por festivales de Francia y España. También me gustaría hacer algo más grande, llenar las paredes de una casa o de una galería”.
A Manuel Liñán, Juan Carlos Lérida, Manuel Gutiérrez, Pastora Galván, El Carpeta, Rocío Molina, Belén López y Juan José Amador en breve sumará Carmen Amaya y Olga Pericet; dos más están por determinar. Antes de despedirnos le pido que me hable sobre alguno de sus bailes favoritos: “La seguiriya es de mis favoritos. Soy una persona con mucha rabia por cómo funciona el mundo, por eso bailar y hacer collages me relaja, me aleja de la tristeza o de la ansiedad”, concluye.
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