27 de mayo 2021
Paola VIP habla sobre su trabajo. Es una escort que disfruta de su oficio y quiere seguir ejerciéndolo el máximo de tiempo posible. Mbondi explica, por contra, la estigmatización que sufre como inmigrante, negra y prostituta. Son dos de los testimonios que planean sobre Red Room, la obra de danza y teatro documental que Susanna Barranco y Sol Picó han creado a cuatro manos, en cartel hasta el próximo 6 de junio en Espai Brossa de Barcelona.
En 2017 la creadora escénica y directora Susanna Barranco (Barcelona, 1975) estrenó Nues, un documental que abordaba el complejo mundo de la prostitución femenina. En él participaron varias mujeres que la ejercían de diferentes maneras, se recogían opiniones de antropólogas o psicólogas, también estaba la voz de representantes de colectivos abolicionistas, pro-legalización, de colectivos LGTBIQ y de Putes Indignades, plataforma que pretendía dar voz a aquellas mujeres cuya actividad y derechos defendían personas ajenas a la profesión. El audiovisual consiguió la mención especial en el IV Premio Josep Maria Plans de periodismo. «Creí importante hablar de un tema en el que existen tantos matices. No existe un «si» o un «no», un a favor absoluto o en contra, es un tema poliédrico», cuenta la directora, quien ya había abordado con anterioridad otras temáticas de impacto para colectivos de mujeres.
Apenas dos años después del estreno de Nues, Barranco imaginó una versión escénica de esta investigación de la realidad de las trabajadoras del sexo. Meses antes había grabado el documental De rodillas corazón, un retrato de la multipremiada y reconocida coreógrafa y bailarina Sol Picó, por lo que pensó en ella para llevar adelante este nuevo proyecto. Estrenado en el festival Temporada Alta de Girona en 2019, Red Room llega por primera vez a Barcelona. Estará dos semanas en Espai Brossa, la céntrica sala del barrio del Born. Una lesión de última hora impedirá a Sol Picó estar en el escenario junto a Barranco y Carlos Fernández, pero Encarni Sánchez asume el papel de la alcoyana.
¿En qué momento surgió la idea de trabajar con material del film para elaborar una pieza escénica? pregunto a Barranco: «El teatro documental me interesa mucho, auna mis dos pasiones, la pantalla y la escena. Ya había hecho algo parecido sobre gestación subrogada junto a Marta Galán. Con Sol Picó había dirigido el documental De rodillas corazón y me pareció interesante aunar su lenguaje, el del cuerpo, con el mío. Cuando se lo propuse me dijo «si» al momento, confirma. Juntas asumieron la dirección y la dramaturgia de Red Room, mientras una firma el texto y la otra la coreografía. «Yo ya había trabajado desde una perspectiva de género en We Women, una propuesta sobre la mujer contemporánea en la que reivindicamos la fuerza femenina, y en Dancing with frogs, en la que exploramos las consecuencias de la idea hegemónica de la masculinidad. Cuando Susanna me propuso codirigir la obra me pareció muy interesante porque para mí era nuevo crear un espectáculo partiendo de un documental», apunta Picó en las notas de dramaturgia de esta pieza.
Barranco es también intérprete en la obra. «Trasladar el documental a escena ha sido muy complicado porque una no puede encarnar lo que no es, se puede reinterpretar a partir de las sensaciones que generan los testimonios, en mi caso me ayuda haber pasado con ellas muchas horas, haber escuchado sus testimonios muchas veces. Mi parte es la más textual, ha sido complicado, pero en toda creación hay sufrimiento. En un tema como este te da miedo pasarte, dar a entender que la prostitución está bien, pero tampoco quería caer en la moralidad ni ejercer juicios así que se usan datos y se añade la imaginación, un mundo donde hay música, voces que se escuchan, imágenes del documental proyectadas en partes de nuestro cuerpo. En esta versión nos posicionamos mostrando la cara más oscura de la prostitución», comenta.
Cifras que golpean
Durante el montaje, los datos que comenta Barranco se van ofreciendo de forma precisa: 8 de cada 10 mujeres ejerce la prostitución contra su voluntad; existen 1.500 burdeles, reconocidos, en España en los que trabajan 300.000 mujeres; 4 de cada 10 hombres ha pagado por «servicios sexuales»; cada año entran en el país 50.000 mujeres, un 40% de ellas jóvenes entre 14 y 18 años la mayoría de las cuales se dedicará a la prostitución. La dramaturgia combina escenas de danza (que sirve para narrar historias de violencia o para expresar ideas y sentimientos) con la interpretación de aquellos testimonios reales que Barranco recopiló y filmó en 2017. La proyección de rostros de algunas de las entrevistadas en diferentes partes del cuerpo de las intérpretes añade una singular belleza a la narración. Entre los numerosos testimonios personales que aporta la obra los hay descarnados, «el futuro es un cuerpo roto», concluye una de las entrevistadas.
Parte de un capítulo de Teoría King Kong de la escritora francesa Virginie Despentes está presente en una de las escenas de Red Room. Este libro, escrito desde la experiencia vital y de ex prostituta de Despentes, tuvo mucha repercusión y propició el debate social cuando se editó en nuestro país. Los postulados feministas de la francesa, la defensa de la libertad de la mujer para hacer uso de su cuerpo como crea conveniente y la profundidad del debate que planteaba fundieron muchos convencionalismos. «El texto está presente en una escena donde mostramos diferentes posicionamientos sobre el tema. Ella ha teorizado desde una posición privilegiada pero activista sobre el sometimiento de las mujeres, no solo sobre la prostitución», apostilla Barranco. Le pregunto sobre aquello que la danza suma a la obra: «Al ser un lenguaje abstracto que genera imagen aporta aquello que no se dice de forma explícita, además crea ritmos y el vínculo corporal entre los intérpretes», afirma la barcelonesa.
Una de las cosas que aprendió Barranco durante la realización de Nues es que existen muchos tipo de prostitución, «más allá de no confundirla con la trata, nos tenemos que hacer preguntas: ¿debe regularse?¿tienen los hombres derecho a comprarnos? El 98% de la prostitución se da en condiciones en que la mujer es humillada y no tiene derechos para poder elegir. Pese a ello yo no me siento con el derecho de decirle a mujeres que vienen de una situación precaria y han encontrado en esto su modo de vida que no deben hacerlo. Algunas están exigiendo sus derechos como trabajadoras, y no me atrevería a decir que apoyan un sistema patriarcal, es una respuesta muy simple. A mí todo esto me genera más preguntas que respuestas», concluye.