Foto Desiré Gómez
14 de enero 2021
Dos estrenos centrados en la crisis medioambiental coinciden este fin de semana en la cartelera. Ambos ponen en escena un problema tan global como sus efectos. El teatro documental de Hui Basa en el Antic Teatre (Barcelona) y el lirismo de Osaka Club en La Mutant (Valencia) alzan la voz contra el desastre.
El miedo es el motor que activó en Lali Álvarez la idea. Miedo a que su hijo, de poco más de un año en ese momento, viviera una guerra motivada por el control de los recursos; a que perdiera la posibilidad de vivir en un mundo hermoso, que ya no lo es tanto por la acción humana. La dramaturga catalana (Barcelona, 1980) vuelve a poner el dedo en la llaga con la pieza que ahora estrena: LIFE (De cómo los árboles nos salvaron la vida). La obra nació con la voluntad inequívoca de querer cambiar las cosas. “Habla de la importancia de los árboles en la vida, para revertir el cambio climático. Se habla del amor y del arte, de lo que podemos hacer, de lo que hemos de exigir a nuestros gobiernos que hagan. Se habla de los que están en primera línea en la defensa de los territorios del planeta”. Como el texto recuerda, cada año son asesinados cerca de 200 activistas medioambientales.
El teatro documental, o teatro de lo real, es el emblema de Hui Basa, la compañía (con residencia en la Nau Ivanow de Barcelona) en la que Álvarez desarrolla sus proyectos junto a David Teixidó y Pau Matas. La multipremiada Ragazzo (2015) hablaba de Carlo Giuliani, joven activista antiglobalización muerto por un disparo de la policía en julio de 2001 en Génova, durante las manifestaciones con motivo de la cumbre de G8. Ese caso sirvió a la autora para hablar de sueños, de ideología, de represión, centrándose en la figura de alguien que quería mejorar el mundo, un homenaje a Giuliani porque “sin memoria no hay futuro”. Un año después Barcelona (contra la paret) hacía el retrato de una ciudad que tiene dos caras, la de foco creativo, vital y de desarrollo por un lado, la de las sombras, violencia, marginación y desigualdad por otro.
Acción, ritual, homenaje… y coherencia
El proceso creativo de LIFE, zarandeado por la pandemia, no permitió que en el mes de julio se pudiera estrenar, pero sí que se viera en el Jardín Botánico de Barcelona la que fue su versión site-specific dentro del festival Grec. Ahora, llega en formato de sala este jueves 14 de enero a Antic Teatre de Barcelona (también en peligro de desaparición por culpa del mismo ultraliberalismo que arrasa la vida). LIFE recuerda a todos aquellos que plantan cara a los ecocidios, a los activistas que viven bajo enormes presiones, a los que son asesinados por las corporaciones a las que dirigen sus demandas. Ellos son Los Muertos que se encarnan en la obra, al igual que otros personajes son el Espíritu de la Madre Tierra y La Guardiana del Futuro. Las cuestiones que trata se desdoblan a través de la acción pero, además, cada espectador se lleva a casa una semilla de una especie autóctona para poder plantar, cuidar, ver crecer. La esperanza.
Para cimentar el compromiso del equipo con el tema que ahora abordan, acompaña a la creación un decálogo de Buenas Prácticas por un Teatro Sostenible. En el mismo, la compañía se compromete a reducir al mínimo la huella ecológica de su actividad, tanto en durante el proceso de producción como en la exhibición. ¿Cómo? Utilizando leds y otras tecnologías de bajo consumo, con elementos escenográficos y de vestuario de segunda mano, dando la espalda al plástico de un solo uso o asegurándose de que todos los fungibles que usan son de origen orgánico.
Una Greta Thunberg especial
Desde las grandes compañías hasta los pequeños colectivos escénicos atentos a la realidad llevan tiempo poniendo el foco en el cambio climático, tratándolo como lo que es: uno de los mayores problemas para garantizar la supervivencia del planeta tal y como lo conocemos. Hace apenas dos años hicimos en este artículo repaso de algunas de las creaciones que en ese momento jalonaban las agendas teatrales por diferentes puntos del planeta. Desde entonces, muchas cosas han pasado. Incluso parece que el llamado Green New Deal toma velocidad gracias al consenso de las grandes potencias sobre la transición energética, la descarbonización o la eliminación de emisiones contaminantes. Veremos.
En este contexto, la compañía Osaka Club estrena el viernes 15 en La Mutant de Valencia Pasado_Mañana. Si en su primera pieza, 5 Lobitos, trataron un tema de calado como el de La Manada de Pamplona (la violación múltiple a una joven durante los sanfermines), la crisis climática es el eje sobre el que pivota esta obra que suma texto, danza y proyecciones. Escrita y dirigida por Toni Agustí, el montaje no explicita cifras, hechos o datos (que más o menos conocemos) sino que elabora una trama muy peculiar para hablarnos de aspectos igualmente perversos de la crisis medioambiental como el green washing que practican las grandes empresas, el lavado de imagen verde, eco, con el que maquillan la parte más tóxica de sus actividades.
La protagonista es una joven que cumple 18 años aislada de todos después de haber sido una adolescente que intentó cambiar el mundo. El texto establece una similitud entre esta figura, inspirada en la activista Greta Thunberg, y un Jesucristo contemporáneo porque, en su evolución, el personaje encuentra en el proselitismo sobre el amor al prójimo y a la naturaleza su nueva razón de ser.
El relato del Génesis ha servido a Osaka como marco poético y estructura de una obra que aborda el desastre medioambiental o la gestión del estrés que provoca la emergencia climática. Pasado_Mañana (nombre que recibe en escena un colectivo movilizado por la causa) es «una distopía, una fábula con dos planos de ficción, uno enmarcado en un futuro próximo donde Berta, el personaje inspirado en Greta Thumberg, intentará salvar un planeta devastado por el hombre. Y otro arraigado al presente en el que un personaje auto ficcional pone en cuestión la propia ficción, interviene y apela al espectador desde el presente de la representación», explica la compañía.
Osaka Club, nació en 2018 con Toni Agustí, Carlos Amador y Mayte Barbazán a la cabeza “para abordar asuntos delicados, polémicos, debatibles, pero sobre todo actuales». Los tres habían estado ligados profesionalmente a través de diversos trabajos en el ámbito de la actuación, la dirección y la producción con otras compañías. Inés Muñoz y Bárbara Monzú se suman al elenco de una pieza que es un repaso por los evangelios, pero también por el muro de Facebook de Thunberg. El apocalipsis está cerca, por eso el vestuario se inspira en el de los asistentes al Burning Man, un festival en medio del desierto de Nevada (EEUU) donde cada año se reúnen gentes con estética Mad Max. Ya sabes.