Fotos de Mar Badal
25 julio 2020
Ni guitarra ni cajón. Ninguno de los dos instrumentos podía sonar en Luaº, el espectáculo que ahora se estrena, tan flamenco como contemporáneo, tan folclórico, como híbrido. Andrea Jiménez se ha centrado en el cuerpo de la mujer y en sus ciclos menstruales, colocando su investigación en la figura y simbología del círculo. Una primera parte de la pieza se alzó en 2019 con el Premio de Danza del Institut del Teatre de Barcelona. Este reconocimiento le ha permitido un período de residencias en varios centros de creación catalanes, presupuesto para la producción y presentar su versión definitiva en el festival Grec los días 27 y 28 de julio.
Por formación y currículum podría pensarse que la creadora catalana (Barcelona, 1992) al frente de Ancorae Danza ha elaborado un espectáculo flamenco al uso, con cinco mujeres que, ataviadas con falda de vuelo y tacones, ejecutan fandangos, tangos, seguiriyas y coplas. Pero en absoluto es así; junto a todos esos elementos, Jiménez ha aprovechado para dar espacio a sus múltiples influencias, tanto coreográficas como musicales. De familia gallego-andaluza, es Graduada en Danza Española y Licenciada en Coreografía e Interpretación y, tal como reconoce, numerosos ritmos, compases y danzas “la atraviesan”. El folclore de diferentes orígenes, también. Del arte flamenco es una gran conocedora, pero hace ya años que lo busca desde otras corporalidades, intentando “ablandarlo”. Hablamos con ella sobre Luaº.
¿De dónde viene el título de la pieza? Luaº es luna en gallego y como el espectáculo se refiere a las cuatro fases lunares de la menstruación, me pareció bastante claro. El símbolo ordinal viene porque un dúo que creé en 2014, un trabajo de segundo de carrera, ya se llamó Lua. En él ya empecé con las partituras coreográficas que ahora utilizo. Pensé que se tenía que llamar así, porque además así se cierra la pieza.
¿En qué momento tuviste la idea clara para el desarrollo conceptual y formal de Luaº? La idea y concepto vienen del dúo que comentaba. Encontré vinculación con la biología del cuerpo femenino, que es lo que me interesa, cómo vibra el cuerpo femenino con las subidas y bajadas hormonales. Vamos a ver hasta donde podemos llevar al cuerpo aflamencado junto a cosas que se han atravesado en mi vida: otras danzas de raíz, inputs, sonidos, imágenes.
¿Cuánto hay de flamenco en Luaº 2020 y cuánto de otras danzas? ¿Es eso importante para ti? Trabajo con danzas de raíz (no quiero hablar de jota o de muñeira), que son elementos de los que yo me nutro para entender el flamenco desde otro punto de vista, para entender el taconeo desde el salto, o desde el claqué, del que también me he nutrido un tiempo. ¿Cuánto hay de flamenco? Pero, ¿qué es flamenco? me pregunto yo. Porque cuando veo piezas de Hofesh Sechter las encuentro muy flamencas, él también trabaja con danza tradicional. Supongo que de flamenco hay todo lo que en el universo puede caber a nivel corporal, como atacar el flamenco desde muchos puntos de vista.
Además de jotas o muñeiras, ¿resuenan en Luaº más danzas tradicionales? Hoy estábamos trabajando el movimiento de la pre-menstruación desde el tango y lo que lo ha inspirado y atraviesa es el dabke, una danza del Líbano a la que me acerqué a través de una compañía griega. Además dabke significa en árabe zapateo. Está todo tan vinculado…. Lo bailan los hombres y Luaº es un intento de compensar la energía masculina con la femenina, de ahí que a nivel inspiracional esté esa danza.
Esa energía que hay en el escenario, que es femenina, te ayuda a saber de la masculina. ¿Consideras que es una pieza feminista? Para mí no es una pieza feminista que reivindique el papel de la mujer, pero si reivindica el cuerpo femenino.
¿Cuánto hay de flamenca en ti? Es algo que me cuestiono mucho, mucho, porque a veces no sé qué es ser flamenca, me lo cuestiono, y otras veces llego a la conclusión de que al tener tantas puertas abiertas, tantas sonoridades, dinámicas, direcciones y ritmos es cuando me descubro flamenca. Que el hecho de bajar el esternón y conectarlo con las rodillas, como se hace en algunas danzas africanas, es muy flamenco.
¿Qué has descubierto después de la investigación para Luaº? Que es la punta del iceberg de un lenguaje al que me va a llevar años ponerle palabras, un lenguaje de movimiento que tiene restos de muchas danzas, y a la vez una metodología de trabajo en la que me apoyo, que son las partituras de movimiento que, compositivamente, me ayudan a entender la matemática del movimiento, del tiempo y de la música, porque las intérpretes, además, somos músicas.
¿Qué representa el círculo? ¿Por qué es tan importante en esta pieza? Desde pequeña he formado parte de círculos de mujeres a los que me introdujo mi madre. Había algo fuerte en ese compartir; se juntaban para labores, para temas concretos y era interesante ver como se expresaba cada una, es algo que ha hecho mella en mí y que necesitaba llevar a escena. Además, está el tema de la geometría sagrada, que yo vinculo con las partituras coreográficas y con las danzas tradicionales, sobre todo las danzas de la Península Ibérica, en las que el corro es muy importante. El círculo habla de lo individual y de lo colectivo, de lo social, de integrar, el círculo es una figura perfecta que contiene en sí todo el universo, esa geometría sagrada que está ahí y de la que debo tirar.
¿A que te refieres cuando hablas de “ablandar” el flamenco? El flamenco tiene una parte institucional, férrea, y yo quiero quitarle hierro. No quiero hacer una coreografía basada en tangos que lleve una letra de tangos, a lo mejor yo quiero una letra de una copla gallega. Esta cosa de sacarlo de lo institucional, de salir de esos parámetros muy marcados, o cogerlos y darles la vuelta, es para mi ablandar el flamenco. También observo en el flamenco esa figura vertical, frontal, más tradicional, (algo que es maravilloso también), y me pregunto ¿qué pasa si esto lo descuajaringamos un poco? Porque ves el cuerpo de una mujer flamenca, con el braceo o las espirales y dentro de esos parámetros no puede zapatear tanto ni saltar y ¿por qué no saltar y ver que se encuentra en ese gesto? Hay que quitarle hierro, y encontrarle el flow al flamenco.
¿Cómo es la banda sonora de Luaº? Trabajamos con Mario G. Cortizo, un compositor gallego que es además percusionista y sabe mucho de música contemporánea y tradicional. Él no sabia nada de flamenco y cuando empezamos le dije “ni cajón, ni guitarra”. Él crea sonidos con cualquier cachivache, el hecho de ser percusionista hace que todo suene. En Luaº la danza suena y la música se ve, es una música con la que se intenta transitar por muchos paisajes y atmósferas. Junto a él hay dos músicos más, Håvard Enstand con las cuerdas y Xavi Lozano con vientos, y la cantaora Alba Guerrero pone la voz.
¿Cómo encuentras la escena flamenca de Barcelona? Barcelona siempre ha sido una superpotencia en flamenco en todas sus vertientes, pero a todo lo que pasa ahora aún le falta explosionar. Está germinando algo, Juan Carlos Lérida es uno de los motores, a su alrededor hemos estado los satélites diciendo “hay que tirar”. Pienso en Carmen Muñoz, Karen Lugo, Pol Jiménez, José Manuel Álvarez, y en tantos otros. Espero y deseo que pronto veamos muchas cosas porque los bailarines y los músicos nos estamos encontrando en nuevos espacios, en laboratorios, y Barcelona siempre ha estado abierta a todo.
Andrea Jiménez