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Foto de Vortex Comunicació

El coreógrafo al que le gusta bailar en los campos de arroz convoca de nuevo a bailarines de medio mundo para celebrar la danza. Un estreno este mismo mes y los recientes premios concedidos hacen que este sea el año de Roberto Oliván.

Deltrebre Dansa reúne cada año a 150 personas a las que les gusta el movimiento y que provienen de hasta 50 países diferentes. La 10ª edición de esta particular convocatoria, que aúna la formación a través de talleres variados con la exhibición de piezas de danza, circo y música, se celebra entre el 14 y el 27 de julio en el Delta del Ebro, el acogedor humedal en el que el tortosí monta un completo programa de aprendizaje, trabajo y convivencia.

Él, que se formó y vivió fuera durante muchos años (primero, en el Institut del Teatre, luego en Bélgica, en la prestigiosa P.A.R.T.S y luego bailando con Anna Teresa de Keersmaeker) y que tiene alma de nómada, comenzó a regresar hace ya una década. Y su propuesta triunfó. Sin duda el carácter internacional, formativo, festivo y de contacto con la hermosa naturaleza del Delta han sido las claves del éxito.

Mientras tanto ha seguido coreografiando (para la Iceland, Vértigo Dance Company, Centro Coreográfico Galego, para su propia compañía, Enclave Arts del Moviment), impartiendo clases, cada vez más aquí, más en su tierra, esa que tanto le tira, de la que siente una necesidad de contacto apremiante siempre que está una temporada fuera.

En 2013 se asentó un poco más en Cataluña convirtiéndose por dos años en compañía asociada al Mercat de les Flors. Creó A Place to Bury Strangers, una fusión de danza y circo que le ha reportado muchas alegrías encadenadas y que le ha valido en un mismo año, este 2014, dos reconocimientos de peso: el Premi Ciutat de Barcelona y el Nacional de Cultura.

Esta misma semana, los días 9 y 10 de julio estrena en el teatro Grec de Barcelona nueva obra en coproducción con destacadas entidades y festivales. Lonely Together es un dúo en el que Oliván y Gregory Maqoma, bailarín sudafricano y codirector de Vuyani Dance Company, ponen en común todo su bagaje artístico, el que han ido sumando desde que hace ya más de una década coincidieran en la escuela belga P.A.R.T.S. Ambos poseen un lenguaje muy físico y expresivo, ambos se fueron y regresaron a la tierra donde están su raíces. Los dos tienen mucho que decir sobre estar solitariamente juntos.

El bailarín y coreógrafo Gregory Maqoma